
Le doy otra calada a la vida y me sumerjo en una de sus vueltas, áspera como una mañana de resaca en la lengua.
Sacaré las espinas, pero no las dejaré escapar, después de tanto tiempo se les termina cogiendo cariño a eso que, particularmente tuyo, ha ido dañando tu espectro.
Mirada transgresiva y un ataque semimortal al corazón, encima de la encimera el altavoz y un montón de colillas de la noche anterior, que antes de sangrar las heridas prefiero quemar poco a poco el pulmón de la apatía, no es por rebeldía, es por acritud y un poquito de vinagre en las arterias.
Y sin embargo, me apetece…
ponme una flor en el pelo, de esas rojas como pimientos, y dime que soy preciosa, como la libertad. Y vámonos de cuclillas, escapémonos de esta ternura pegajosa de verano, y creemos nuestra propia pompa de amor, porque el amor que pintan es solo un esbozo de lo que tengo para ti.
~ Laura Boalan

